martes, 4 de marzo de 2014

Casta de campeón

Un líder no se hace, se nace.
El día que todos los culés y amantes del fútbol en general no quería que llegase nunca, ha llegado.
Carles Puyol, el emblema, el capitán, la garra y el corage del mejor Barça y de la mejor versión de la Selección Española de la historia, nos dice adiós.
Y lo hace de una forma discreta, sin alardes ni grandes despedidas.
Se marcha porque no puede más. Sus piernas, que tantos golpes y caídas han soportado, dicen basta. Y para un luchador como él, debe de ser muy doloroso que su cerebro actúe más rápido que sus piernas en este momento.
Sabe que podría haber vivido del cuento estos dos años que le quedan de contrato, pero su conciencia no le hubiese permitido abusar del Club que tanto le ha dado, aunque quizás a estas alturas y echando la vista atrás, sea el propio Barça el beneficiado del gran Puyi.
A mis 22 años, recuerdo sus inicios portando el nº 32 a la espalda y esa melena al viento tan característica suya. Puede que pasara desapercibido por su aspecto flacucho y por no ser un icono como ya lo eran figuras como Fernando Hierro o Paolo Maldini. 
Tampoco se le ha destacado nunca por la calidad que supuestamente debía tener un central de la talla del FCBarcelona; no era una delicatessen como Beckembahuer, ni la ponía al pie de la bota como Koeman, pero tenía algo que actualmente se ha perdido: Pundonor.
Ese pundonor que le ha llevado a lo largo de toda su carrera. 
Ese pundonor que hizo más amarga aún si cabe la vuelta de Figo al Camp Nou, con 2-0 para el Barça.
Ese pundonor que le hizo fijo en la defensa cuando el Barça vivía sus horas más bajas en la era Gaspart.
Ese pundonor que salvó goles con la cara en un Bernabéu hasta la bandera en aquel 1-2.
Ese pundonor que utilizaba dentro del campo para alentar a sus 10 compañeros.
Ese pundonor que le hacía ser la extensión del entrenador, fuese cual fuese, dentro del terreno de juego.
Ese pundonor que mostró una vez más en el Bernabéu al besarse la cuatribarrada en el legendario 2-6.
Ese pundonor que nos valió el pase a la final de un Mundial y del que muy pocos se acuerdan, por el cual el gol de Iniesta posiblemente no hubiese existido.
Un pundonor por cada partido que ha sudado la camiseta blaugrana, y por cada gesto que siempre ha tenido hacia los compañeros y rivales.
En la retina de todos está el ceder la Copa de Europa a Eric Abidal, o el Trofeo de Liga a Tito Vilanova dos años después.
Carles Puyol representa los auténticos valores de este Club: Constancia, humildad, sacrificio y superación. Algo que se debería de enseñar en todas las categorías inferiores. Un ejemplo a seguir por todos y para todos.
Hoy no hay colores, no hay sentimientos contradictorios, hoy el mundo del fútbol lamenta la pérdida a final de temporada de un jugador atípico para esta época. Un jugador que sin tener el cartel de mediático, ha conseguido unir lazos y opiniones de lo más dispares.
Por ello, no hay que lamentarse ni llorar su pérdida. Alegrémonos, culés y seguidores de la selección, de lo que disfrutamos con él.
GRÀCIES, de tot cor, per totes les alegries que ens has donat al llarg dels anys, ETERN CAPITÀ.

Carles Puyol (1999 - 2014)
6 Ligas
6 Supercopas de España
3 Champions
2 Copas del Rey
2 Supercopas de Europa
2 Mundialitos de Clubes
2 Eurocopas
1 Mundial
1 Plata Olímpica

*A falta de acabar esta temporada.

Rodri23










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