Tony Kukoc, Drazen Petrovic y Vlade Divac eran tres de los
componentes del equipo de Yugoslavia en 1988. Un equipo destinado a hacer
historia y que se desmoronó como una baraja de naipes.
‘’Resulta insultante la manera en cómo se puede torcer todo.
Ya han pasado 20 años, y desde entonces llevo un gran peso en el corazón’’.
En el documental ‘’Hermanos y Enemigos’’, Vlade Divac repasa la maltrecha relación que sostuvo con Drazen Petrovic. De cómo se pasó del amor y admiración que ambos se profesaban a la más dolorosa indiferencia entre ambos.
La Guerra de los Balcanes que supuso la separación de los 6 estados que formaban Yugoslavia dio paso a toda una oleada de terremotos de la que no se salvó ni el deporte.
La selección de Yugoslavia se vio afectada, y los jugadores croatas (entre los cuales se hallaba Drazen) se negaron a seguir bajo la misma bandera por la que habían competido años atrás.
El equipo se partió, como se partió la estrecha amistad de estos dos amigos curtida en mil batallas pero que no pudo resistir esta última.
La vida siguió para los dos de manera paralela; mientras Vlade Divac disfrutaba de sus mejores años de baloncesto en los Ángeles Lakers, Drazen fue traspasado a los Nets procedente de Portland, donde al fin pudo desplegar toda la magia que llevaba dentro.
Pero la vida no entiende de triunfos ni gloria, y arrasó con la magia de Drazen una noche del 7 de junio de 1993.
Hoy, 20 años después, el mundo del baloncesto sigue llorando su pérdida, por habernos robado una década de su magia en la cancha.
Hoy, hace 20 años que Vlade Divac perdió a su hermano, un hermano con el que nunca podrá volver a hablar ni podrá volverse a sentar para tratar de arreglar aquella maltrecha relación por causas ajenas al baloncesto, una causa que quizás, podría haberse evitado si las personas fuéramos un poco mejores.
Rodri23
Rodri23
Hermanos y Enemigos:
Sencillamente, sublime ... acabas de ponerme los ojos "vidriosos". per sempre I love (16.
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